Día a día con el Señor significa en estos días una impresión del Espíritu en nuestro mundo aquejado por sus circunstancias: depresión, estrés, prisa, tristeza, inseguridad y miedo. Con más de la mitad de la población del mundo en depresión, este mundo pide a gritos alegría. En su tristeza y desánimo requiere con urgencia la palabra que alienta, fortalece, consuela y da poder verdaderos, no fantasiosos.
También le urge La Palabra que orienta y le da sentído por ser un mundo sin rumbo, dirección, ni metas ni propósito para vivir. En esta obra encontrarás la palabra que da sentido y metas, así como la aventura y emoción que matizan de alegría y gozo auténticos la vida.
Pero por sobre todas las circunstancias este mundo necesita oír la Palabra de Dios que lo invita a una experiencia de amor que se renueva y conduce a nuevas sendas de descubrimiento de quién es Dios y qué significa tener una relación de amor con él por la eternidad a partir de cada día y en situaciones concretas.
El lector podrá comprobar la inspiración de la Escritura que se incrusta en el corazón de Ricardo y brota con bríos novedosos singulares y pertinentes para nuestra época. Más aún, le aguarda la experiencia de un encuentro con Jesús, del que saldrá bien librado, motivado y con vida nueva.